Jenny y John Wu son un matrimonio típico de Hong Kong. Como a la mayoría de los hongkoneses, la vida de los trataba bien. Heredaron de sus padres un hermoso apartamento de 3 habitaciones de 150 m2 y tenían un pequeño negocio. 

En Hong Kong solía haber un excelente estilo de vida con buenos teatros, centros comerciales y mucha comodidad. Vivían para sus hijos y por eso planeaban enviarlos a universidades de Hong Kong. Sus hijos querían ser médico y abogado respectivamente.

La mayoría de los residentes de Hong Kong aman esta ciudad por su mezcla de cultura británica moderna y valores chinos milenarios. Pero todo cambió. Cuando Hong Kong fue devuelto a China empezaron a notar la destrucción gradual de sus libertades básicas y una peligrosa intrusión de los chinos. La policía secreta estaba en todas partes y muchos de sus amigos hablaban de los planes chinos de confiscar las propiedades y los activos de Hong Kong. Antes habían escuchado sobre la violación de Derechos Humanos en China, pero ahora veían esta realidad instalándose en Hong Kong. La nueva clase política estaba cambiando el estilo de vida de esta ciudad.

Los eventos en China, incluyendo las leyes de extradición propuestas, confirmaron que el Partido Comunista estaba controlando Hong Kong. Muchos de sus amigos les dijeron que debían vender sus activos y dejar la ciudad lo antes posible. Si querían que sus hijos vivieran en libertad, debían vender sus propiedades mientras los precios todavía eran altos.

La familia analizó sus opciones de migración. Nueva Zelanda, Canadá y Australia eran demasiado caros. Comprar una casa allí salía como mínimo dos millones y el trámite migratorio era muy extenso y caro. En Estados Unidos, tenían que esperar entre uno y dos años para obtener una visa EB-5. Entonces, un amigo que conocía una familia china viviendo en Belice, les habló de este país.

Quedaron maravillados con esta oportunidad.

John se enteró de que el 2% de la población de Belice es de origen chino, que fueron traídos como trabajadores por los ingleses. Entendió que había una comunidad de comerciantes, empresarios y profesionales cuya etnicidad se remontaba a China. También averiguó que el mejor lugar en donde vivir y comprar una casa era el Cayo Ambergris, cuya capital es San Pedro.

Esta era una isla habitada por distintos extranjeros y con excelentes oportunidades turísticas y empresariales.

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Para John lo más importante es su familia. Lleva una vida simple en su pequeño supermercado vendiendo frutas, vegetales y pequeños productos. La competencia en Hong Kong era fuerte y los márgenes de ganancia bajos, pero dado que tenían un apartamento, la vida se hacía más fácil. Como practicante de Wing Chun, pasaba la mayor parte de su tiempo practicando artes marciales con su hijo, así que no quería mudarse, pero recordó las historias de sus padres acerca de la ocupación de Hong Kong. Ahora esta ocupación estaba siendo realizada por China.

Belice tenía opciones de residencia económicas y rápidas. De hecho, bajo el plan de jubilados, solo tenía que demostrar tener un ingreso mensual de 2000 dólares. Pero John decidió que establecería un negocio, entonces abrió una tienda en San Pedro que vende frutas, vegetales y una pequeña cafetería. 

También descubrió que Belice tiene varias escuelas privadas. El sistema educativo no es tan bueno como el de Hong Kong, pero el estilo de vida relajado les dio a los niños más tiempo para estudiar. Además, el uso de la tecnología online significaba un estilo de vida excelente combinado con una educación en línea de primer nivel.

Luego de visitar San Pedro, John decidió dar el paso. Vendió su apartamento en Hong Kong por dos millones. Con ese dinero podía comprar una hermosa propiedad en la playa en San Pedro por alrededor de 250-350,000 dólares. Esta propiedad podía ser mucho más grande de la que tenía en Hong Kong. Usó otros 300,000 para construir un supermercado completamente operativo, quedándose con un millón de dólares extra para disfrutar en familia. John estaba completamente sorprendido con el estilo de vida que había adoptado.

Un día, John descubrió que tenía mucho tiempo libre porque su negocio estaba cerca de su casa y la fuerza laboral era muy barata. Básicamente, todo lo que tenía que hacer era organizar las frutas y vegetales frescos cultivados en la parte continental y las importaciones provenientes de los Estados Unidos. 

El turismo era constante y crecía todo el tiempo, por lo que su tienda siempre estaba llena de clientes. El dinero que hacía era más que suficiente y vivía incluso mejor que en Hong Kong. Sus hijos pasaban más tiempo con él haciendo actividades con las que siempre habían soñado. En la bahía de San Pedro, podían hacer snorkel y presenciar la impresionante fauna Marina del lugar. Tomó cursos de buceo y de pesca y en los fines de semana exploraba los increíbles arrecifes de coral y los bosques misteriosos de Belice.

Los fines de semana en los que su familia quería tener una experiencia más metropolitana, simplemente tomaban un bote hacia la frontera de Chetumal. Chetumal es una ciudad mexicana que limita con Corozal, Belice, y está a 30 minutos en bote de San Pedro. Así, con un pase diario emitido por las autoridades beliceñas, se puede cruzar la frontera y disfrutar de centros comerciales, restaurantes y cines tan buenos como los de Estados Unidos, pero mucho más económicos. Una cena completa para cuatro en un restaurante de alta calidad cuesta solo 60 dólares. Si se quiere visitar un lugar más lujoso y concurrido, Cancún está a solo dos horas de Belice.

Sentado en su casa de playa, John se dio cuenta de que era extremadamente rico bajo los estándares beliceños, mientras que, bajo los estándares de Hong Kong, era pobre y apenas llegaba a fin de mes. Se dio cuenta de que podía enviar a sus hijos a las mejores universidades del mundo con el dinero que ahorraba mientras vivía de vacaciones permanentemente. Esto le puso muy contento. Recientemente, con la pandemia del coronavirus y con Hong Kong siendo seriamente afectado por manifestaciones, se dio cuenta de que Belice no es solo una excelente opción económica y de calidad de vida. Vivir aquí puede literalmente salvar su vida ya que el país está libre de coronavirus y es políticamente estable.

Los expertos de Mundo pueden mostrarle a usted y a su familia las oportunidades que existen en Belice. Si usted quiere organizar un Tour de propiedades inmobiliarias en este país, por favor, contáctenos.

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