Un pequeño enclave ubicado en la Riviera Francesa, bastante cerca de la frontera franco-italiana, resulta ser uno de los países más ricos, acaudalados y atractivos en todo el mundo. El Principado de Mónaco, como se le conoce oficialmente a este territorio de solo 2 km2 de extensión (el segundo más pequeño, detrás de la Ciudad del Vaticano), es uno de esos lugares que llenan y satisfacen los deseos y fantasías de aquellos que anhelan una vida de lujos.

Hogar del mayor número de millonarios per cápita en todo el planeta, Mónaco es un paraíso para los ricos. Sus famosas marinas y puertos, paisajes, y autos de la más alta gama son, sin duda, un gigante atractivo para aquellos que puedan costearlos. 

Su favorable clima, envidiable geografía, con hermosas costas en el occidente, los bajos Alpes en el oriente, y por supuesto, un más que favorable régimen fiscal, hacen de Mónaco un paraíso para ricos y empresarios de todo el mundo, con todos los lujos que se puedan imaginar.

Forma de Gobierno

Compuesto desde 1911 como una Monarquía Constitucional (dirigida desde el siglo XV por la Dinastía Grimaldi), el principado pose su propia organización política, legislativa, local y judicial; con una fuerza policíaca y una guardia real conocida como la Compañía de Carabineros del Príncipe, mientras que los asuntos de política exterior, seguridad y defensa, se encuentran en manos del gobierno de Francia.

Así, el poder ejecutivo lo ostenta el Príncipe o jefe de la familia real, título hereditario entre los descendientes de la familia Grimaldi, junto con un Ministro de Estado (nombrado por el príncipe, previa consulta con el gobierno francés), que dirige un gabinete de 6 miembros.

Este pequeño estado fue un protectorado francés hasta 1815, cuando se independizó. Ya entonces, en 1918, firmó un tratado de defensa con París, en el que se respetaba su autonomía, pero se prohibía al principado oponerse a los intereses políticos, económicos o militares de Francia.

En 1963, tras un año de gran tensión, Mónaco y Francia firmaron una serie de acuerdos que configurarían parte de la política económica y fiscal monegasca, aún vigente en la actualidad, como el impuesto sobre los beneficios de las empresas con más del 25% de sus ganancias fuera de Mónaco, las transacciones y las determinaciones sobre los ciudadanos franceses que viven en el principado.

Economía de Mónaco

La economía monegasca se centra en el turismo, en el desarrollo continuo de una pequeña industria no contaminante, dividida en banca, seguros y construcción. Asimismo, persiguen la promoción de una amplia cartera de servicios, presumiendo de un impresionante PIB anual de 6.006 millones de dólares para el año 2010. La mayor parte de su población (31.223 habitantes) tiene un alto nivel de vida, el 68% de la cual está formada por emigrantes de toda Europa, Estados Unidos y otras regiones.

Este pequeño territorio es la sede anual de innumerables eventos que reúnen a personalidades de todo el mundo, desde los ricos y famosos hasta los turistas que quieren vivir una experiencia diferente. Importantes desfiles de moda, fiestas y eventos como el mítico y tradicional "Gran Premio de Mónaco" de Fórmula 1, la categoría reina del automovilismo mundial, forman parte de una extensa lista de atractivos turísticos. Todo ello genera también una parte importante de los ingresos del país.

Al analizar la economía monegasca, hay un elemento crucial que merece ser mencionado, dado el gran impacto que posee. Este elemento no es otro que el "juego", el azar, o simplemente las apuestas. Desde 1854, gracias al Príncipe Florestán I, el juego es legal en Mónaco. Primero, como medida destinada a aumentar la riqueza de la familia real, y hoy, conociendo el tremendo atractivo existente en el país (con el majestuoso Casino de Montecarlo como joya de la corona), esta práctica se perfila como uno de los mayores corredores de dinero del mundo. Por ello, es un destino obligatorio para quienes visitan el principado.

Además de ser un impresionante destino turístico con cientos de atracciones y lugares que visitar, Mónaco es también el lugar elegido por muchas de las personas más ricas del mundo para establecerse. Dado el gran entorno, las comodidades de una economía incipiente, un índice de criminalidad prácticamente nulo, el nivel de vida no tiene nada que envidiar a otras metrópolis europeas o de cualquier parte del planeta.

Además, por si fuera poco, Mónaco cuenta con un excelente y rentable régimen fiscal para quienes disfrutan de la residencia monegasca.

Invertir en Mónaco

Para que cualquier negocio crezca y aumente su valor, es necesario un capital continuo y sólido. En un territorio tan pequeño, como es el Principado de Mónaco, el abanico de opciones de inversión no es muy amplio, pero eso no impide la generación de excelentes beneficios para quienes aportan ese capital.

Además de las industrias mencionadas que aportan ingresos al erario nacional y también a los particulares que las gestionan, el negocio inmobiliario es uno de los que más proliferan en todo el territorio de esta pequeña "ciudad-estado". Las viviendas de lujo, la exclusividad de sus zonas urbanas y la alta calidad de vida que abunda en el principado permiten que este negocio sea uno de los más fructíferos.

¿A qué se debe esto? Principalmente a la escasa extensión territorial que Mónaco posee. Con tan poco espacio físico, los edificios actuales y los que aún están en construcción siempre serán muy demandados por quienes deseen instalarse en el territorio y que, además, tengan los medios para pagarlos. 

Un enorme atractivo para estas inversiones reside en el hecho de que el Principado de Mónaco es uno de los pocos países que no cobra impuestos sobre la propiedad, lo que significa que cuando se compra un inmueble, éste pasa a ser indiscutiblemente suyo, sin ninguna interferencia del Estado o del sistema fiscal. 

Sin embargo, a pesar de ser un negocio bastante estable y capaz de generar grandes beneficios para quienes se aventuran en él, no es nada barato. Según un estudio realizado por el proveedor de servicios inmobiliarios "Savills", en 2017, el principado se situó en el ranking de las ciudades más caras del mundo para comprar un inmueble, superando a Hong Kong, Nueva York, París, Londres, y muchas otras. Dentro de este exclusivo territorio, rodeado de mar y montaña, con unos 800.000 euros, en 2018, se podría comprar una vivienda de apenas 16m2.

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Bancos y Políticas fiscales

Originalmente con una base para los ciudadanos monegascos, el sector bancario del Principado ha ampliado su oferta a los clientes no residentes, dado el reducido número de nacionales de Mónaco (sólo 7.600 de los residentes son ciudadanos y los otros 25.000 son residentes extranjeros).

En Mónaco, la banca está regulada por el Banco de Francia y cuenta con más de 300.000 cuentas, de las cuales el 85% pertenecen a residentes no monegascos. La optimización fiscal y la capacidad de los residentes y no residentes para abrir cuentas bancarias en Mónaco son la causa del elevado número de cuentas en un país con tan poca población.

Los principales bancos privados del Principado disponen de una amplia cartera de servicios, que van desde cuentas de depósito multidivisas, negociación de acciones y renta fija, una amplia gama de fondos de inversión multidivisa, así como plataformas de negociación de metales preciosos, divisas y materias primas. 

En contra de lo que se suele creer, Mónaco no es un paraíso fiscal al que puedan acudir grandes conglomerados y empresas para evadir impuestos. Ha hecho un gran esfuerzo para no ser percibido como tal, implementando diferentes tipos o impuestos a través de su régimen fiscal. 

El Principado reorientó sus esfuerzos hacia el saneamiento de su imagen en la comunidad y los mercados internacionales. Se planteó un programa fiscal mucho más adecuado y estructurado, con personal más capacitado. Esto llevó a la firma de tratados de cooperación con España, Bélgica, Portugal y Luxemburgo. Luego, en 2014, se convirtió en la 84° jurisdicción en participar en el Convenio Multilateral de Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal, promovido por la OCDE como un mecanismo destinado a enfrentar la evasión fiscal.

Mónaco no cobra impuestos sobre la renta a sus ciudadanos, excepto a los franceses que no hayan podido justificar haber vivido 5 años en suelo monegasco antes del 31 de octubre de 1962, que están sujetos a la política fiscal francesa. 

Aunque Mónaco no cobra impuestos sobre la propiedad o las ganancias de capital a sus nacionales, el principado tiene una política fiscal para la herencia de bienes situados en el país, clasificándolos como: a) línea directa (0% de impuestos); b) entre hermanos (8%); c) tíos/sobrinos (10%); d) entre otros colaterales (13%); y e) entre no familiares (18%).

Asimismo, el gobierno estableció tipos impositivos bajos para las empresas extranjeras que hayan establecido sus operaciones y obtengan el 75% de sus beneficios en suelo monegasco. En caso contrario, si las empresas obtienen más de un tercio de sus beneficios fuera del territorio de Mónaco, estarán sujetas a un tipo impositivo del 33,33% sobre dichos beneficios. Asimismo, en el marco de su política fiscal, el Principado de Mónaco estableció un tipo de impuesto sobre el valor añadido (IVA) de casi el 20%.

En conclusión, el Principado de Mónaco, con un gobierno y una economía estables, buenas oportunidades de inversión y grandes atractivos, puede considerarse el destino perfecto para unas vacaciones de ensueño o como lugar para retirarse tras una vida de duro trabajo y esfuerzo. No es casualidad que el 35,15% de sus habitantes sean personas mayores de 65 años. Sus comodidades, su clima, su entorno y su gran calidad de vida proporcionan las condiciones necesarias para quienes gustan y pueden permitirse la buena vida. Al mismo tiempo, es un excelente lugar para las áreas de inversión del turismo, el juego y el sector inmobiliario. Como es habitual, contamos con los mejores expertos dispuestos a ofrecerle sus servicios. Contacte con nosotros ahora y le pondremos en contacto con ellos.

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